Es así.
La historia muestra que los gobiernos marxistas han pisoteado toda ley natural, humana y divina. Carecieron y carecen de escrúpulos para matar, encarcelar, calumniar, robar, etc.
En cambio, quienes se opusieron -y aquellos que hoy nos oponemos- al marxismo tenemos frenos morales, jurídicos y religiosos que constituyen un valioso componente de dignidad. Sin embargo, no siempre se han sabido aplicar al terreno concreto aquellos principios. Muchas veces han sido deformados por una visión relativista, ecuménica con el error y la maldad y fundamentalmente colaboradora con los enemigos mortales de la Civilización Cristiana..
Me explico a través de algún ejemplo: una vez quebrado el orden constituido en Cuba y cuando ya no existían garantías de tipo alguno, las reacciones comenzaron a darse pero fueron frenadas, desviadas o atenuadas por sacerdotes y obispos que decían "la violencia no es cristiana", "el amor debe ser nuestra principal arma", "debemos perdonar", etc., etc. Y así el régimen monstruoso de Castro se terminó consoilidando.
¿Está pasando algo así con Venezuela?
Ayer murió otro joven estudiante opositor a Chávez y hoy se escucha a líderes "auténticos" decir "la oposición tiene que ser legal y pacífica", "no debe perderse el diálogo", etc.
En fin, no sigo para evitar que la indignación aumente más de la cuenta.
Cuánta sangre derramada y cuantas vidas tronchadas. Más de cien millones de víctimas lleva el comunismo en el mundo y cada vez que se instala un "nuevo" sistema comunista se insiste con el argumento de la legalidad y el pacifismo que únicamente han servido para consolidar el oprobio.
Esta es una guerra de propaganda psicopolítica pero guerra al fin. Y no es con pacifismo barato y sentimentaloide que se debe actuar en la guerra.
Es una desgracia; seguimos teniendo "teólogos" colaboradores con el ateísmo, burgueses cómplices de los socalistas y militares pacifistas y cobardes.
ATM
Uruguay
martes, 29 de mayo de 2007
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